Preguntas frecuentes

¿Por qué los gatos se quedan con la boca abierta?


Lo que para los humanos significaría que nos hemos quedado absortos mirando algo de máximo interés, el “quedarnos con la boca abierta” por la relajación de la mandíbula, en el gato tiene un origen mucho más interesante…
Los gatos disponen de un especializado sistema que les permite olfatear y paladear al mismo tiempo.


Para comprender correctamente esta estrecha simbiosis entre el gusto y el olfato del gato, diremos que los felinos disponen de un órgano llamado órgano vomeronasal, “De Jacobsen” (un doctor Danés que lo descubrió hace más de 200 años) o Flehmen, una estructura tubular (dos conductos o canales nasopalatinos, entre la nariz y el paladar), quimiorreceptora (capaz de percibir sustancias químicas), situada tras los incisivos superiores, en el cartílago del septo nasal (“pared” que divide ambas fosas nasales), que permite "paladear" partículas gaseosas generalmente perceptibles por el olfato y no por el gusto.

La conexión con el cerebro de esta singular estructura se realiza con áreas asociadas a comportamientos sexuales, alimentarios, de defensa, sociales y secreciones neuroendocrinas. La información recibida por el órgano vomeronasal se transmite al sistema límbico, una zona especializada en las sensaciones (placer, miedo, ansiedad…).

El aire no atraviesa esta estructura si el animal no realiza una pose concreta: el comportamiento de Flehmen con la boca parcialmente abierta, los labios hacia abajo, la nariz arrugada… cerrando la ruta respiratoria normal y dirigiendo el aire hacia los incisivos; este comportamiento agranda la apertura de los conductos nasopalatinos y activa el mecanismo de succión del aire. De esa forma, el aire recogido es chequeado.

Esta acción tan sutil puede no ser evidenciada por los propietarios, y generalmente es utilizado para “analizar” la orina de otros animales, algo muy importante para los machos: podrán conocer la condición sexual de las hembras.

¿Cuál es la temperatura normal de un perro?

 

La temperatura normal de un perro es entre 100,5 y 102,5 °F o entre 38 y 39,2 °C. Aunque se ha hablado de varios métodos para medir la temperatura de un can, la única manera para saber cuál es su temperatura exacta es vía rectal con un termómetro. Tocar al perro, ya sea su hocico u otra parte del cuerpo, no es la forma propicia para saber su temperatura.

Si la temperatura de tu can se encuentra fuera de estos límites, puede ser una emergencia como hipotermia o hipertermia (temperatura corporal muy baja o alta, respectivamente). Consulta al veterinario y no utilices remedios caseros.

¿Por qué los gatos comen plantas?

Aunque se han propuesto muchas teorías para explicar la ingestión de plantas por los felinos, ninguna ha sido respaldada plenamente por estudios científicos.

Entre las teorías más extendidas está la que mantiene que las plantas y la hierba provocan una irritación del tracto gastrointestinal del gato, lo que llega a provocarle el vómito; este consumo voluntario de plantas se realizaría con la “intención” de expulsar bolas de pelo u otros materiales no digestibles del aparato digestivo.

Similar teoría es la que defiende la ingestión de productos vegetales como un medio para obtener un aporte extra de fibra que le permita expulsar con mayor facilidad las bolas de pelo mencionadas que se forman debido al exhaustivo acicalado diario.

Otros argumentos indican una posible deficiencia nutricional que provocaría dicha ingestión de plantas para solventar el problema, o un cierto interés por el sabor de los vegetales para compensar la deficiencia de ácido fólico en los gatos que consumen carne de forma exclusiva.

Lo que sí está plenamente demostrado, es que ciertas plantas son toxicas para nuestros amigos.

Plantas que pueden irritar o causar prurito en los ojos o en la piel:

Dieffenbachia, alocasia, anthurium, arisaema, caladium, monstera, philodendron, xanthosoma, zantedeschia, poinsettia, croton, pedilanthus, hevea y ficus.

Plantas que provocan dermatitis alérgica:

Alamanda, narciso, junquillo, amarilis, clivia, crinum, hippeasthum, sparmania, tilo de interior, crisantemo, prímula, tulipán, chlorophythum, jacinto, sanseviera.

Plantas que provocan trastornos digestivos:

Aráceas, Liliáceas, Amarillidáceas, aucuba, mimosa del Japón, alamanda, Euforbiáceas, ciclamen, ficus, muérdago, acebo, rododendro, azalea, hierba mora (Solanum nigrum), Boj, Eleboros, celedonia menor

Plantas que provocan trastornos renales:

Philodendron y ficus.

Plantas que provocan trastornos cardiovasculares:

Ciclamen, muérdago, rododendro.

Plantas que provocan trastornos nerviosos:

Amarillidáceas, muérdago, campanilla, mimosa del Japón, philodendron, hierba mora, Cannabis sativa (marihuana), Azaleas, Rododendros, Nuez vómica, Haba de San Ignacio.